Darle tantas vueltas a Musimundo como si en realidad fuera lo más entretenido que hay para hacer.
La persona que me aleja de la realidad, sin si quiera notarlo. Que, además, me hace ver la realidad, abrir bien los ojos cuando tengo que hacerlo.
Yo soy yo y él es él. De verdad. Sin excusas, sin miedos, sin secretos. Ni una gota de hipocresía. La alejamos. Pero extranjeros siempre hay que nos visitan muy seguido.
Pasan las horas como segundos. Escuchamos las risas, vemos las miradas alegres o quizás tristes.
Sentimos el viento en la caminata nocturna (que es mejor con acompañante del cine, en lugar a sólo del teatro).
Paciencia. Comprensión.
Amor. Sabemos diferenciar el nuestro a todo lo demás. Sonreímos por éso, seguimos juntos en el camino.
Solos o acompañados.
Siempre a una despedida le sigue un "nos vemos" que lo acompaña un "te quiero".
Gracias.
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